El Botox es en la actualidad una de las soluciones más avanzadas para tratar la Hiperhidrosis, pues mediante pequeñas dosis de toxina botulínica se bloquean temporalmente los nervios que estimulan la sudoración.El sudor es una reacción corporal que aparece cuando nos sometemos a actividades físicas o cuando se presentan cambios en el estado emocional; es determinante también para la regulación de la temperatura corporal y para la eliminación de toxinas. Sin embargo cuando la sudoración se produce de una forma ininterrumpida, independiente y exagerada, hablamos de una enfermedad llamada Hiperhidrosis.
Su sintomatología se presenta en manos, plantas de los pies y la cara, lo cual genera una influencia negativa en la calidad de vida y la salud mental de quienes la padecen, ya que además de obligarlos a cambiarse de ropa, tomar duchas con mucha frecuencia e impedirles la realización de actividades físicas, puede dar lugar a una dolorosa maceración de la piel y en casos extremos a infecciones.
El Botox es una de las soluciones más avanzadas para tratar esta enfermedad, especialmente cuando se da en axilas y las palmas de la mano. El tratamiento, que está aprobada por la FDA (US Food and Drug Administration), es un alivio para muchos pacientes que sufren las debilitadoras consecuencias de la Hiperhidrosis.
El tratamiento con Botox para esta área del cuerpo no requiere anestesia y es administrado de forma intradermal, es decir que se realizan inyecciones de toxina botulínica A (unos quince pinchazos en cada axila) con una aguja muy fina, que bloquea las señales nerviosas que sobre estimulan las glándulas de la sudoración.
Para conocer la zona donde se deben realizar las inyecciones, se hace el Test de Lugol, que consiste en pintar la zona con yodo para después esparcir polvo de almidón sobre ella. La zona en la cual el almidón queda negro, indica la zona a tratar.
Los efectos secundarios incluyen dolor en el sitio de la inyección y síntomas seudogripales. No obstante los pacientes pueden retomar sus actividades con normalidad. Los efectos del tratamiento pueden durar entre 4 a 6 meses y luego de una semana ya se puede alcanzar una reducción notable de la sudoración en las axilas.
El Botox aplicado en las palmas de las manos, requiere un proceso más cuidadoso y anestesia local; por lo que no se aconseja conducir u efectuar otra actividad manual después de su aplicación.
El Botox se inyecta en cuarenta puntos debajo de la piel de las palmas de la mano, ya que el radio de acción de la toxina botulínica es pequeño. Los resultados comienzan a observarse a los cuatro días siguientes a su implantación y se mantienen durante un periodo de seis a diez meses.
Los efectos de los tratamientos a largo plazo, dependen de la constancia y la periodicidad en que se efectúen los mismos. Los pacientes que tratan la Hiperhidrosis con Botox, alcanzan grandes niveles de satisfacción al evidenciar una mejoría en la cantidad de sudoración producida en estas partes del cuerpo, lo cual se traduce en recuperar la confianza para desarrollar una gran variedad de actividades, que mejoran su calidad de vida, su condición emocional, social y profesional.